La calibración debe efectuarse periódicamente a intervalos que debe definir el usuario.
Los principales factores que influyen en la determinación del intervalo de calibración inicial de un instrumento son: recomendación del fabricante, severidad de uso, efectos ambientales, datos publicados acerca de un grupo de instrumentos de medición similar, incertidumbre requerida de medición, error máximo tolerado (metrología legal).
Adicionalmente para el reajuste de intervalo de calibración influyen: tipo de instrumento, tendencia de datos obtenidos de registros de calibraciones previas, tendencia de desgaste (fricción) y deriva, frecuencia de revisiones cruzadas con otros patrones de referencia, frecuencia y calidad de calibraciones y verificaciones internas, historial de calibración, riesgo de medición, métodos de análisis estadísticos, aseguramiento de datos de medición, datos de población de equipo similar, degradación de componentes electrónicos, grado de entrenamiento del personal y costos de la calibración.
Generalmente la mayoría de los fabricantes recomiendan que sus instrumentos deban ser calibrados, cada 12 meses en promedio, sin tomar en cuenta cómo es el uso actual y la severidad de uso, que provocan un impacto enorme en la exactitud de los instrumentos. El criterio de cada 12 meses tiene su origen en las condiciones que deben cubrir los fabricantes de instrumentos, al declarar las especificaciones de estos.